Ir al contenido principal

DISFRUTA DE LO QUE DE VERDAD IMPORTA




Y qué más da, si lo que disfrutamos no es directamente proporcional a lo que gastamos, si no necesitamos acudir a sitios extremadamente caros para pasarlo bien, para sorprender a la gente o para ser felices. No, esa no es la respuesta, estoy seguro de que tú, quien lee esto, ha sido más de una vez capaz de sorprender a alguien, a tu madre, a tu hermano o quizás a tu pareja, sin gastarte prácticamente nada. Y esto es contradictorio, porque al mismo tiempo no has gastado nada, pero lo has gastado todo, no has perdido lo que mueve el mundo, el dinero, pero en cambio has dejado ir lo más valioso de este planeta para el ser humano, el tiempo.

No es lo que entregamos, ni lo que ofrecemos, sino cómo lo ofrecemos, la actitud. Hasta un bolígrafo viejo puede ser el más maravilloso de los regalos si lo forras con una notita de amor y lo acompañas de un pequeño trozo de papel recortado dónde animas a la otra persona a dibujar, a escribir o a seguir estudiando. Ese detalle es mucho más dulce y placentero que algo material necesariamente caro, y esto se debe a que la otra persona ha invertido tiempo en nosotros. Habiendo estudiado economía podría decirse que el auténtico valor de esta acción no es algo directo, sino implícito por así decirlo, estamos hablando del coste de oportunidad. Esa persona por realizar el pequeño detalle ha invertido tiempo que podría haber dedicado a cualquier otra acción, desde ocio hasta cumplir alguna obligación, acción que pudiera haberle reportado satisfacción y beneficios, pero no obstante, decidió invertirlo en ti.

Que el dinero y su manera de gastarlo no sea un cánon ni se convierta en la manera de definir un status dentro de la sociedad. Que vivan los cumpleaños en sitios cómo los kebabs, las bodas en un bar con la familia más cercana, y los detalles sacados de manualidades vistas en YouTube.



Comentarios